Todos hemos estado ahí.
Asfixiados en un callejón sin salida.
Sin saber cómo fue que caímos tan bajo.
Pero eso ya no es lo más importante.
Nuestra prioridad ahora es, encontrar un camino de vuelta.
Así era mi vida hace 2 años, prácticamente quebrado, sin saber qué hacer. Justo en el lugar donde juré no volver. Con serios problemas y sin fuerzas para levantarme de nuevo.
5 años emprendiendo parecían no servir de nada si cada 3 meses iba a caer OTRA VEZ.
Hoy me siento mucho mejor.
No porque tenga la vida resuelta.
Ni porque no hayan problemas o incluso nuevas crisis, sino porque he aprendido a navegar con paz dentro del caos.
Porque en la experiencia, la reflexión y la curiosidad he hallado herramientas para salir de cualquier situación que me ponga a prueba.
Y sí, buscar tu mejor versión durante una crisis es muy difícil, pero desarrollar la capacidad para encontrar tu mejor cara en los momentos más complicados te da grandes probabilidades de vivir una gran vida.
Es en el fuego de los momentos complejos donde encontramos nuestras más grandes virtudes.
Por eso hoy quiero compartirte estos 7 pasos que me cambiaron la vida. Primero, ayudándome a superar uno de los momentos más desafiantes que he vivido y después como una herramienta a la cual sé que puedo recurrir cuando los problemas toquen a mi puerta de nuevo.
Ya que la vida no se vuelve más fácil, tú te vuelves más fuerte.
Espero te sirva tanto como a mí.
1. Frena - deja de hacer más grande el hoyo
Lo primero que tienes que hacer en una crisis es dejar de hundirte.
Suena fácil, pero no lo es. Por algo estás aquí.
Como me decía mi abuelo:
‘devi tirare i remi in barca’
Con esto se refería a que si pierdes el rumbo es mejor frenar, dejar de navegar hacia la dirección equivocada, parar un momento y analizar cuál es la mejor opción para tu siguiente movida.
Detener la caída es el primer paso para encontrar una solución.
‘-¿Podrías decirme, por favor, qué camino he de tomar para salir de aquí?
-Depende mucho del punto adonde quieras ir.
-Me da casi igual dónde.
-Entonces no importa qué camino sigas.’
Conversación de Alicia con el gato, en Alicia en el País de las Maravillas.
2. Acepta y analiza - ¿cómo llegaste hasta aquí?
Esta es la parte más difícil.
Mirar fijamente tu sombra y hacer el recuento de los daños te va a doler muchísimo.
Pero ser valiente -por incómodo que sea- es la mejor y única opción que tienes para salir de este bache.
No es momento de sentirte culpable.
Ni de mentir.
Al único que puedes engañar es a ti mismo y ya vimos a dónde te llevó ese camino…
Es tiempo de tomar acción.
De tener amor propio.
De alimentar tu autoestima.
Tienes que utilizar esta energía como el combustible para serte sincero, admitir qué errores fueron los que te trajeron hasta acá, hacerte 100% responsable de tu situación, de tu vida, y transformarte.
La meta es trascender el dolor e identificar cuáles son las acciones que más daño te han hecho, porque como dicen, más de la mitad de resolver un problema está en hacer la pregunta correcta.
Detrás del sufrimiento se encuentra un mundo lleno de oportunidades que muy pronto estará a tu alcance.
3. Planea - es hora de volver a soñar
Para este punto debes sentirte mejor, o al menos, intentarlo, porque aunque aparentemente la situación sigue siendo la misma…
Tú ya no eres el mismo.
Tuviste la valentía de ver tu sombra, de enfrentar tu realidad y ahora estás listo para salir adelante.
Es momento de volver a soñar.
Aunque te parezca una locura imaginar tu mejor versión en estos momentos tan oscuros, es justo lo que necesitas, un sueño más grande que la crisis que estás atravesando.
Tus metas tienen que emocionarte.
La visión que construyas será el faro que siempre alumbrará tu camino.
Esa mezcla de dolor por lo que ya no quieres y la ilusión de un futuro mejor te volverá indestructible.
Sólo que antes de transformar con éxito tus sueños en realidad, tienes que aprender a hacer 2 cosas más: una ingeniería en reverso y conseguir ‘microvictorias’.
Una ingeniería en reverso es un proceso donde primero identificas a dónde quieres llegar (cosa que ya hiciste al definir tu visión), con lujo de detalles, sin guardarte nada… y luego (aquí viene lo nuevo) desmenuzas ese objetivo en partes cada vez más pequeñas, lo más pequeñas que puedas, para así irlas alcanzando de a poco.
O sea, tienes que ir de menos a más.
¿Cómo?
Como dice Robin Sharma,
‘Sueña en grande, actúa en pequeño (con algo fácil) y empieza ahora’
Porque soñar no está mal.
Pero soñar y no actuar al respecto te va a dejar en un lugar peor que donde iniciaste.
Además, necesitas revertir el momento anímico y la única forma de nivelar la balanza es empezar a sumar.
Sumar y volver a sumar.
No dejar de hacerlo.
Cualquier victoria en la dirección correcta es valiosa. No te menosprecies.
A este concepto se le conoce como ‘microvictorias’ y se basa en conseguir pequeñas victorias diarias que parecen insignificantes, pero que con el paso del tiempo te cambiarán la vida.
4. Hábitos - la clave es el día a día
Como vimos en el paso anterior, soñar es padrísimo, pero desafortunadamente no te va a alcanzar con tener grandes ideas.
Sin una ejecución a la altura de nuestros sueños estamos condenados a una vida miserable.
Y así como lo dijo Aristóteles: vamos un día a la vez… bueno eso no fue lo que dijo jaja, en realidad fue lo siguiente:
‘Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto; es un hábito’ Aristóteles
Por eso es que este paso es uno de los más importantes. Porque el éxito se construye todos los días, con constancia.
No somos lo que hacemos una vez al año, somos lo que hacemos diario.
Al final nuestra vida es la suma de todos y cada uno de los días que vivimos.
¿Y, cómo puedo mejorar mis hábitos? ¿Cómo puedo vivir la vida de mis sueños?
Déjame contarte un secreto muy importante, que no mucha gente sabe.
No importa cuál sea tu problema, o qué quieras conseguir, voy a compartirte un dato que sin duda alguna va a mejorar tu vida.
Todos los seres humanos tenemos 4 cuerpos.
El físico, el mental, el emocional y el espiritual.
Para vivir la vida que te mereces tienes que trabajar en los 4.
DIARIO.
Así que si sólo te concentras en mejorar tu mente, tu cuerpo, o cualquier combinación que no abarque tu totalidad, no esperes grandes resultados.
Yo desarrollé un sistema de 10 HÁBITOS que práctico diario para cuidarlos.
Y es gracias a él que un mal día se vuelve un poco mejor.
Uno normal se vuelve bueno.
Y un buen día se vuelve increíble.
Mi vida ha mejorado mucho más de lo que alguna vez imaginé.
Si quieres que te comparta cómo es que trabajo en ellos, con mi sistema de ‘10 HÁBITOS DIARIOS para vivir la vida que te mereces’ escríbeme por Instagram (@gianpasabat) y con gusto te los envío -gratis-.
5. Constancia - crecer es un proceso invisible
Ya con el viento soplando a tu favor, habiendo frenado, identificado cómo y por qué caíste, con un plan para salir de ahí y con los pasos diarios para llevarlo a cabo, sólo te falta ser… CONSTANTE.
Y paciente.
Porque aunque ya hayas iniciado un proceso de cambio, los resultados se construyen lentamente.
Roma no se hizo en un día.
Hay altas y bajas, que no necesariamente son crisis, sino áreas de oportunidad llenas de aprendizaje.
La vida es un proceso de constante evolución.
Pero ¿por qué? ¿Por qué no podemos alcanzar todos nuestros objetivos en un segundo como lo soñamos?
Porque lo divertido no es llegar, y no me mal entiendas, claro que alcanzar la meta es importante, pero si no disfrutas del proceso, entonces lograrla tiene muy poco sentido.
Así que si -al inicio- las cosas no salen tan bien como pensabas, o simplemente son diferentes, no tires la toalla.
Apenas estás empezando.
Lo importante es que diario trabajes por ser mejor.
Tú eres tú único rival.
Sé paciente.
Ámate.
Disfruta del proceso.
Recuerda por qué estás aquí.
Toma aire y continúa caminando.
Te prometo que muy pronto verás lo valioso que fue no darte por vencido.
El mundo premia a los locos que no dejamos de perseguir nuestros sueños.
6. Evalúa - medir te da claridad
Ahora, amarte y ser paciente no significa engañarte.
Significa ser 100% responsable y tomar acción desde el amor propio.
Es normal que las cosas no funcionen de la mejor forma la primera vez que las intentas.
Pero eso no impide que evoluciones.
Al contrario.
La práctica hace al maestro.
Y justo por eso medimos.
Porque lo que no se mide no puede mejorarse.
Antes de determinar si estás en el camino correcto -o si requieres de un cambio- necesitas claridad, necesitas evaluar tus resultados.
‘No juzgues un día por la cosecha que recoges, sino por las semillas que plantas’. Louis Stevenson
Para evaluar tus objetivos, vamos a usar la metodología SMART. Esta se basa en un acrónimo en inglés, donde cada objetivo que quieras alcanzar tiene que cumplir con las siguientes características (ser): Específicos (Specific), Medibles (Measurable), Alcanzables (Achievable), Realistas (Realistic) y de Duración Limitada (Time-bound).
Apegarte a ella te servirá para tener claridad en el camino que estás construyendo, y definitivamente marcar un antes y un después con el periodo de crisis que viviste.
Si me pediste mi sistema de ‘10 HÁBITOS DIARIOS para vivir la vida que te mereces’ seguro ya estás midiendo tu progreso diario, semanal, mensual y trimestral.
Si no lo has hecho, todavía estás a tiempo.
7. Reinvéntate - no tengas miedo al cambio
Y así llegamos al final. Qué rápido, ¿verdad?
Si hace unos minutos te dije que ya no eras el mismo, ahora estoy seguro que eres otra persona. Una mejor versión de ti mismo.
Sé que has usado el tiempo a tu favor y evolucionado. Por eso quiero recordarte que no es momento de retroceder.
Ni un sólo paso.
Lo más difícil quedó atrás.
Y aunque tus metas ya no sean las mismas que cuando iniciaste, no te preocupes, eso está bien, es más, ¡muy bien!
No tengas miedo al cambio.
Redescúbrete las veces que puedas.
Reajusta todo lo que necesites.
Solo no te mientas.
Vive la vida que te mereces.
No la que crees que quieres.
Este es el método que yo utilizo cada vez que las cosas se me complican más de lo que quisiera.
Jamás olvido los consejos de mi abuelo: en tiempo de crisis, frena, analiza qué está sucediendo, haz un plan y ejecuta lo mejor que puedas para salir del hoyo.
Deseo que recuperes muy pronto la paz que tanto deseas.
No olvides que sólo tú eres capaz de darte la vida que te mereces.
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Gracias por leerme. Nos vemos la próxima semana.
GP.